Últimamente se habla mucho de la importancia de los contenidos a la hora de vender productos o servicios por Internet. En concreto, los blogs corporativos parecen haberse convertido en una herramienta imprescindible para obtener tráfico y conversiones; todo el mundo quiere uno, pero a veces es difícil saber cómo sacarle a un blog de empresa el máximo potencial. Por eso, hoy vamos a explicarte cómo utilizar un blog para vender más y mejor con tu tienda online.
Lo primero que tendrás que hacer es un esquema de cuáles son los objetivos que quieres alcanzar con tu blog de empresa. En general, un blog corporativo te sirve para tres cosas:
- Proporcionar contenido de valor a tu usuario (es decir, a tu público objetivo).
- Posicionar tu marca como experta en su ámbito como consecuencia de la autoridad que le otorga la producción de un contenido de valor para el usuario.
- Mejorar el SEO de tu tienda online.
Además de ello, debes tener en cuenta que, en un blog, lo importante siempre es el contenido, y por lo tanto es recomendable huir de diseños efectistas o de plantillas con muchísimas funciones y plugins. En general, para el blog de una tienda online sólo necesitas una buena organización del contenido a través de categorías bien visibles; un buen etiquetaje de contenidos; un buen contenido, tanto a nivel de texto como de imágenes; y un call to action a la tienda online. Todo lo demás es secundario.
1. Cómo crear contenido de valor en un blog
Fácil de decir pero no tan fácil de hacer. ¿Qué es “contenido de valor”? Contenido de valor es contenido sobre temas que interesan a tu usuario –y que lógicamente tienen que ver con tu negocio – con el objetivo de captar su atención y atraerlo hacia tu tienda para que acabe convirtiéndose en cliente.
Pero no vale que te engañes decidiendo que a tu usuario le interesa un tipo de contenido que, realmente, es el que te interesa a ti como empresa difundir: tienes que hacer el esfuerzo de ser sincero y ponerte en la piel del usuario para determinar qué temas y tipos de post van a interesarle realmente, y tienes que ser muy sutil, consecuente y honesto cuando hables de tu empresa o de tus productos. De lo contrario, el trabajo invertido en tu blog corporativo no servirá de nada.
Por ejemplo, imagínate que vendes barniz. Tu público objetivo es gente interesada en el bricolaje y el DIY, así como profesionales de la pintura.
Sólo con eso ya tienes un amplísimo rango de contenidos de alto valor que puedes proporcionarle a ese usuario: principalmente tutoriales pero también información sobre materiales, técnicas, acabados, composiciones, interacciones entre distintos productos y un largo etcétera. Con un tipo de contenido práctico (how to’s) que a la vez involucre a tus productos a la hora de llevar a cabo ciertos proyectos puedes construir un blog de interés e incluso de referencia para tu público objetivo. Pero no cometas el error de centrar tus contenidos en tus productos: describir tu producto para demostrar racionalmente sus excelencias siempre ha sido una mala manera de hacer publicidad, y hoy en día es una mala manera de hacer contenido. Seduce a tu usuario con tus contenidos y lograrás que eventualmente acabe comprando y/o recomendándote.
En cierto modo, un buen blog corporativo es como una buena revista: sabemos que las revistas están llenas de publicidad encubierta en sus informaciones pero el contenido es tan bueno y nos atrapa tanto que esa publicidad no nos molesta, al contrario, parece imprescindible para completar o matizar el contenido. Como una revista, un blog de empresa debe ser una compilación de ideas, tendencias, conocimiento y know-how, propuestas y noticias en las que inevitablemente la empresa habla de vez en cuando de lo que vende, pero de una manera natural, no forzada. Cuanto más logres que tu usuario no tenga la sensación de que “le estás vendiendo la moto”, más valor tendrá el contenido para él y mayor autoridad tendrás ante él como vendedor de tu producto. Dicho de otro modo: si tu usuario se da cuenta de que hablas de moda y estilo con criterio y suscitando interés, prestará atención a los vestidos que vendes.
2. Cómo posicionarte como experto en tu materia
Este punto es en parte consecuencia de lo anterior: si eres capaz de generar contenidos de interés para tu usuario, éste te percibirá como experto en la materia y confiará en ti. Hablar de tu área de expertise de manera extensa, con conocimiento de causa y siendo capaz de profundizar en los temas que planteas demuestra que conoces lo que vendes. ¿Y a quién mejor que a un experto a quien comprarle esos productos o servicios?
No hay ámbito que se escape a esta máxima; y si no, fíjate qué buenos contenidos los del blog de la Dra. Camila Palma, especializada en odontología para bebés, un área temática muy específica que sin embargo ella logra presentar de manera divulgativa, amena y muy interesante para su público (padres y madres de bebés con algún problema dental).
Sin embargo, ten también en cuenta que, para que te perciban como experto, un blog no es la única herramienta con la que cuentas. En este sentido, es importante que toda tu comunicación, desde las fichas de producto y las redes sociales a las ponencias que das y por supuesto el blog, transmita que sabes de lo que estás hablando.
3. Cómo mejorar el SEO de tu tienda online
Junto con un contenido original y de valor para tu usuario, la frecuencia de publicación es lo que hará que el SEO de tu tienda online mejore. Si publicas contenido nuevo con cierta frecuencia –al menos 2 posts semanales –, tienes todos los números para incrementar el tráfico orgánico a tu página. Google adora las webs que actualizan contenido con frecuencia y cuyo contenido genera interés, se comparte socialmente y por tanto aumenta el tráfico hacia su página.
Como buena práctica, te recomiendo que tu blog esté dentro de tu dominio principal, tipo www.tutiendaonline.com/blog. De este modo, Google va a interpretar cada nuevo post como una actualización del contenido de tu tienda online –y no sólo del blog –, aunque no actualices catálogo. Este truco es especialmente útil si no puedes garantizar que tu catálogo se actualice y se amplíe cada mes.
Como malas prácticas de las que debes huir, destacan el keyword stuffing y los enlaces forzados. El keyword stuffing consiste en repetir muchas veces la palabra clave que quieres posicionar a lo largo del texto, sin que realmente sea necesario. Esto ahuyenta al usuario y también a Google, ya que ambos se dan cuenta de que el texto se ha creado pensando en el SEO y no en el usuario. Por otro lado, los enlaces forzados son links gratuitos, enlaces que no aportan información adicional ni matizan o enriquecen el tema del que habla el texto, y a los que el algoritmo Penguin de Google tiene en el centro de mira junto con los backlinks de mala calidad.
Finalmente, la mejor práctica de todas: escribe siempre pensando en tu usuario y no te obsesiones con el SEO. Un contenido interesante atrae al usuario y por lo tanto genera tráfico y se comparte socialmente, cosa que transmite a Google la idea de que tu web tiene autoridad. Y eso es lo único que va a hacer que tu SEO mejore.
Sobre el autor
Laia Ordóñez es experta en marketing de contenidos para ecommerce, con un bagaje profesional de 12 años que combina redacción creativa, marketing, comunicación y gestión de grandes cuentas publicitarias. Puedes encontrarla en Karyukai y en LaiaOrdonez.com.
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