Cualquier actividad empresarial o profesional en España conlleva una serie de procedimientos administrativos obligatorios.
Existen trámites generales, como el alta en el censo de empresarios, el impuesto sobre actividades económicas o el alta en autónomos que son de carácter general. Otros, de tipo más específico, afectan únicamente a determinadas actividades.
Es lo que sucede con la licencia comercial, una acreditación que, en caso de ser obligatoria, deberás tramitar antes de poner en marcha tu proyecto. Descubre en qué consiste, cómo se obtiene y qué consecuencias puede acarrear no disponer de toda la documentación en regla.

¿Qué es una licencia comercial?
Una licencia comercial es un documento obligatorio para la puesta en marcha de una actividad concreta en un lugar determinado.
El concepto de localización es fundamental para entender la necesidad y el alcance de la licencia comercial, también denominada licencia de apertura o de actividad.
Y es que este trámite está principalmente orientado a negocios físicos (p. ej., un restaurante, una tienda de ropa, un supermercado…), y viene a ser la acreditación de la Administración (concretamente, del Ayuntamiento) de que se cumplen con las normas y requisitos preestablecidos.
¿Quién necesita una licencia comercial para montar un negocio en España?
No todos los tipos de negocio son iguales, por lo que no todos necesitan de una licencia comercial en España para comenzar a operar de forma legal. Además, incluso dentro del grupo de actividades que requieren de una licencia comercial, los requisitos de estas pueden ser diferentes.
La mayoría de las profesiones creativas (diseño gráfico, redacción de contenidos, fotografía) así como las orientadas a las ventas online (ecommerces, marketing digital, publicidad), no requieren de una licencia comercial siempre que se realicen desde el propio domicilio, sin atención directa al público y sin que suponga un perjuicio para los vecinos.
Pero no ocurre lo mismo si estas actividades se trasladan a un local comercial (como una oficina o una tienda física) en la que se ofrece atención presencial al cliente.
Cualquier actividad profesional o empresarial que se desarrolle en unas instalaciones especialmente destinadas para este fin, deberá contar con la preceptiva licencia comercial que acredite la adecuación de dicha actividad a las leyes estatales y locales aplicables.
Tipos de licencias comerciales en España
En el grupo de las actividades que requieren de una licencia comercial obligatoria en España se distinguen dos tipos de negocio:
- Los que desarrollan actividades inocuas: son aquellos negocios cuya actividad no representa un riesgo para el entorno, los clientes o los propios trabajadores. Es el grupo de negocios del tipo tiendas de ropa, papelerías, agencias de viajes, servicios personales (gestorías, despachos de abogados, oficinas de atención al cliente).
- Los que desarrollan actividades calificadas: en este grupo se incluyen aquellas actividades que, por su propia naturaleza o por las características del servicio o producto que ofrecen, deben cumplir requisitos más estrictos para una puesta en marcha de forma segura. Esta categoría engloba, por ejemplo, los servicios sanitarios o los de restauración, que tienen unas necesidades de higiene y salubridad específicas.
Otros tipos de licencias para ejercer una actividad comercial en España
- Licencia profesional: determinadas ocupaciones especializadas exigen estar en posesión de una acreditación adicional para ejercer (por ejemplo, estar colegiado, en el caso de médicos y abogados) o carnés específicos (fontaneros, instaladores eléctricos, cerrajeros).
- Licencia sanitaria: actividades en las que la seguridad y la higiene tienen un papel protagonista, deben estar inscritas en un registro especial y sometidas a un control más exhaustivo. Es un trámite obligatorio para todas aquellas empresas que operan en el sector de la manufactura y los servicios que puedan afectar a la salud pública, la alimentación y la salud.
- Licencia de establecimiento público y actividades recreativas: se encargan de regular el aforo y las condiciones de seguridad en negocios en los que trabajan o a los que acuden un gran número de personas, como bares, restaurantes, discotecas, gimnasios, etc.
- Licencia de obras: no es una licencia propiamente afecta a la actividad, pero sí la necesitarás si quieres realizar modificaciones en la estructura física de tu negocio, como la renovación o reforma del local de una tienda.
Licencias comerciales en España: cómo legalizar tu negocio
Antes de emprender cualquier tipo de negocio en España, es muy importante que tengas algunos conocimientos básicos sobre cuáles serán tus obligaciones legales y fiscales. Ten en cuenta que, dependiendo del negocio que quieras montar y del lugar en el que vas a desarrollar tu actividad, necesitarás cumplir con unas condiciones específicas.
Lo mejor es hacer un repaso por separado de cómo legalizar tu proyecto si decides trabajar desde un establecimiento físico independiente o desde tu propia casa.

Trámites para legalizar un negocio en un local
Los pasos básicos para obtener la licencia que permite la apertura y la puesta en marcha de un local comercial en España son:
1. Redacción de un informe o proyecto técnico
Un técnico competente (aparejador, arquitecto, ingeniero) deberá realizar un estudio del local en el que se incluyan planos detallados con las características del establecimiento: ubicación, dimensiones, reformas que deberían acometerse, distribución del interior, accesos, insonorización, medidas antiincendios, etc.
Dependiendo del tipo de actividad que vayas a desarrollar en el negocio, podrían ser necesarios detalles todavía más concretos.
2. Pago de tasas del proyecto técnico
Para que el informe realizado por el técnico se convierta en un documento válido, deberás abonar las tasas correspondientes al Colegio Oficial del profesional que lo haya redactado. El coste de estas tasas es fijo en cada categoría, pero varía en función de la complejidad del proyecto.
Así, en documentos para locales de actividades inocuas las tasas pueden estar en torno a los 700-1.000 euros, mientras que con las actividades calificadas (sobre todo si se trata de actividades industriales), el precio puede ascender a los 10.000 euros.
3. Pago de tasas municipales
Las licencias comerciales son otorgadas por el Ayuntamiento, por lo que es en esta Administración donde se deben abonar las tasas de tramitación correspondientes.
El cálculo de estas tasas se realiza en función de tres variables: tamaño del establecimiento, relevancia comercial en la ubicación en la que se encuentra y tipo de actividad que se va a desarrollar en las instalaciones. Al tratarse de un canon municipal, el coste varía de un Ayuntamiento a otro.
4. Solicitud de la licencia comercial o de apertura
Con la documentación del proyecto y del pago de las tasas, deberás acudir al área competente de tu Ayuntamiento (por lo general, el área de Urbanismo), para proceder al registro de la información y a la solicitud formal de tu licencia comercial.
Ese día no obtendrás una licencia definitiva para poner en marcha tu negocio, pero si tendrás la posibilidad de presentar una declaración responsable que te permita empezar a funcionar.
Es lo que se conoce como “licencia exprés”, y te brinda la posibilidad de abrir tu establecimiento mientras el Ayuntamiento se encarga de verificar toda la información aportada.
5. Verificación y otorgamiento de licencia
Solo tras la visita del técnico del Ayuntamiento, y cuando este verifique que todo está correcto, obtendrás tu licencia comercial definitiva. Ten en cuenta que este trámite puede demorarse entre semanas y meses, dependiendo de la cantidad de solicitudes que tenga en lista el Ayuntamiento.
Pero, ¿se abren tantos negocios nuevos en España? Lo cierto es que sí. Según datos del INE, en 2024 en España ya había registradas 3.255.276 empresas. Además, cada vez que un negocio cambia de titularidad (como después de un traspaso), el nuevo propietario deberá solicitar una vez más la licencia comercial.
Novedades tras la aprobación de la Ley Crea y Crece
La aprobación de la Ley Crea y Crece en 2022 supuso un impulso considerable a los pequeños comerciantes. Esta ley no solo actualizó el catálogo de actividades comerciales inocuas, sino que eliminó la obligatoriedad de que estas dispongan de una licencia previa para empezar a funcionar.
Es el caso de negocios como tiendas de ropa, negocio minorista de alimentación, artículos para el hogar, salones de belleza, agencias de viaje o servicios postales, entre otros (puedes consultar el listado completo aquí).
Estos tipos de negocio solo necesitan presentar una declaración responsable para iniciar su actividad, lo que supone un importante ahorro para los emprendedores.
Trámites para legalizar un negocio en casa
Las actividades profesionales que se pueden realizar desde casa están exentas de la obtención de una licencia comercial, comunicación previa o presentación de declaración responsable, siempre que no realices ventas al público ni seas una molestia para tus vecinos.
Pero, cuidado: sí tendrás la obligación de comunicar tu domicilio como lugar de trabajo en los trámites con la Seguridad Social y con Hacienda en el momento de dar de alta tu actividad profesional (es decir, en el alta de autónomos).
¿Y qué sucede si ofreces servicios en los que necesitas recibir en persona a tus clientes? Imagina que quieres montar tu despacho de abogados, una consulta de fisioterapia o un servicio de maquillaje y peluquería.
En estos casos, deberás consultar las condiciones que impone cada Ayuntamiento: algunos sí exigen la tramitación de una licencia comercial y otros no. Además, deberás dar un paso adicional: consultarlo a tu comunidad.
Normalmente, esta información aparece recogida en sus estatutos y es posible que sea necesaria la aprobación por parte de los vecinos. Como se trata de una normativa que afecta a la propiedad horizontal, no tendrás este problema si trabajas desde una vivienda independiente.
¿Qué puede pasar si empiezas a operar en España sin licencia comercial?
Obtener una licencia comercial (de apertura) puede ser un proceso tedioso. Los trámites burocráticos siempre implican una gran cantidad de papeleo, así como unos plazos y procedimientos muy estrictos. No obstante, esto no puede convertirse en una excusa para saltarse la ley.
Iniciar una actividad comercial sin la licencia necesaria (en caso de que exista esta obligatoriedad) te expone a riesgos innecesarios y a sanciones que pueden arruinar tu idea de negocio.
Aparte de que no resulta ético trabajar al margen de la ley, en casos muy graves, este tipo de infracciones acarrean multas de entre 30.000 y 600.000 euros, así como la prohibición o suspensión de la actividad, y la clausura del local hasta un máximo de tres años.
Y todo ello sin perjuicio de otras responsabilidades civiles o penales que pudieran derivarse de una mala actuación (p. ej., si se produce un accidente).
Preguntas frecuentes sobre las licencias comerciales en España
¿Es lo mismo una licencia comercial que una licencia de apertura?
En España, estos términos se emplean de manera indistinta para referirse a un permiso municipal que autoriza la puesta en marcha de un determinado negocio en una ubicación concreta. No todos los negocios están obligados a la obtención de una licencia comercial antes del inicio de la actividad y no todas las licencias tienen el mismo coste o nivel de exigencia.
¿Necesito una licencia comercial para trabajar desde casa?
Si realizas una actividad profesional sin recibir a los clientes en casa y sin que suponga una molestia para el entorno, no es obligatorio. Si realizas una actividad con ventas o servicios directos al público, es posible que tengas que solicitar una licencia comercial (dependiendo de cada Ayuntamiento) así como la autorización de tu comunidad de vecinos.
¿Cuáles son los riesgos de no disponer de una licencia comercial?
En el caso de que la actividad que desarrollas esté sujeta a la obtención de una licencia comercial, operar sin disponer de esta autorización puede constituir una infracción administrativa leve, grave o muy grave. En el caso de las infracciones muy graves (riesgo para la seguridad e integridad del entorno y las personas), las multas van de los 30.000 a los 600.000 euros, además de la prohibición o suspensión de la actividad hasta un máximo de tres años.